Si estás leyendo esto la respuesta está clara.
¿Cuántos años llevas oyendo hablar de los blogs? Tranquilo, no te voy a repetir lo que son. Aunque no seas un nativo digital seguro que esta palabra ya está incorporada a tu vocabulario. No dudo que alguna vez has intentado escribir una bitácora en la red, ya fuese a modo de diario personal y privado o para compartirlo.
Aunque nunca hayas tenido un blog seguro que en las redes sociales compartes contenido con tus contactos y normalmente comentas sobre la actualidad o tus intereses. Piensa, ¿si juntaras todas tus publicaciones en Twitter y Facebook no elaborarías un discurso con sentido sobre ti mismo? Algo así sería como el diario que escribías a los diez años enriquecido por los que te rodean.
Con la cantidad de estímulos que nos rodean cada vez nuestra atención esta más dividida. A menudo navegamos mientras hacemos otras cosas. Así, nuestro discurso se acorta y soltamos una idea fugaz en 140 caracteres antes de desviar nuestra atención hacia otra ventana o pantalla (a veces incluso hacia la realidad).
Muchos pensarán que la era dorada de las bitácoras en la red ha acabado. Quizás tener un blog no sea ahora lo más in, pero ¿que me dices de Twitter o Tumblr? Te sorprendería saber cuántos niños y adolescentes hacen un relato de su vida con ellos. Los blogs no habrán muerto mientras quede en el mundo alguien que tenga cosas que decir y personas que sepan leer.
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